Un padre lamió el culo de su hija para demostrarle lo mucho que la quiere. Y luego le tocó a ella mostrar ese sentimiento a su padre. Y lo hizo lo mejor que pudo: complacer su polla con su boca y su apretada raja. Él pareció complacido y recompensó sus húmedos labios con su semilla.
Chicos, esa tía buena es sangre y leche. Qué chica tan jugosa y exuberante. La rubia en su fondo se ve pálida, así que no es de extrañar quién domina en este caso. Por cierto, yo también no me importaría estar en el lugar de esta rubia y probar el dulce jugo del coño de una chica traviesa.